Cuando probé el decodificador Hornby R8249 puse alguna fotografía de la GG1 en la que lo instalé. En aquella imagen se podían apreciar a duras penas los restos de lo que habían sido las líneas laterales de la decoración y los rótulos de la compañía Pennsylvania RR
En efecto, la pintura dorada no tenía ningún recubrimiento protector y la manipulación de la locomotora dio lugar a que se borraran, no sé si por la humedad de los dedos o por tener restos de algún disolvente o simplemente por la fricción. Cuando me quise dar cuenta ya la cosa no tenía remedio.
Hace poco un colega compró otra igual y, escarmentando en cabeza ajena, se apresuró a protegerla con un barniz transparente ...
Pero en mi caso el problema no era protegerla sino recuperar la decoración perdida. Un amigo experto en modelismo me dio la idea de hacerlo con calcomanías, aunque la reproducción del dorado por medio de impresoras láser o de inyección no iba a ser fácil y quizá habría que simularlo mediante una degradación de tonos amarillos.
También se me ocurrió que podría aplicar otro esquema de pintura, al fin y al cabo esta locomotora ha sido decorada de las formas más variadas, algunas de indudable elegancia y otras ciertamente discutibles.
Hace unos años hubo una edición especial de esta máquina en escala 1:87 con la carrocería metálica sin pintar, decorada únicamente con las líneas laterales y el logo de la marca. Tropecé con ella casualmente ya que no estoy al corriente de lo que sale en otras escalas, pero me gustó y decidí hacer con la mía algo parecido.
Lo primero fue hacer desaparecer de la carrocería todo rastro de la pintura original, para ello solo hizo falta alcohol isopropílico, un pincel de cerdas duras y paciencia ...
Aplicar una pintura base del color deseado. Un aerógrafo quizá habría sido el instrumento más adecuado pero su uso requiere cierta destreza y tras cada utilización es preciso desmontarlo y limpiarlo ... seguí el consejo y lo hice con un aerosol específico para modelismo, color gris-plata; varias capas ligeras respetando los tiempos de secado y el resultado fue satisfactorio.
La elaboración de las calcomanías hay que hacerla con precisión, me pareció lo más conveniente utilizar un programa que permite mezclar imágenes con dibujo vectorial y producir un fichero imprimible con la más alta resolución de que la impresora sea capaz.
En este punto me desvié un poco de los consejos y quise probar con una impresora de inyección, más o menos lo que cualquiera tiene en casa. El "papel" para las calcomanías se puede encontrar con fondo blanco o transparente y para impresión láser o de inyección; éste último, una vez impreso, debe protegerse con una especia de barniz especial para que al sumergir las calcomanías en agua la tinta no se disuelva. Como en el caso de la pintura, es importante respetar los tiempos de secado.
La inyección de tinta no puede competir en calidad con la impresión láser, pero tiene la ventaja de que cualquiera puede tener en casa una impresora y hacer pruebas hasta dar con la configuración más adecuada; en mi caso obtuve el mejor resultado con una resolución de 600 ppp y concentración de tinta para "papel de secado lento".
Hice varios juegos de calcas de distintos colores y a la hora de aplicarlas no me terminaba de decidir entre los dos finalistas, así que adopté una solución salomónica: cada lado de un color :-DDDDDD
Y, por supuesto, unas cuantas manos de barniz transparente satinado ... ;-)
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1 comentario:
Plas,Plas,Plas,Plas,Plas,Plas...(etc.)
¡Está mucho más bonita que la original!
Y eso de que sea distinta por cada lado, tiene un puntito. ¿Sabías que la Puerta de Alcalá, es distinta por un lado y por el otro? Al parecer a Carlos III le pasó algo parecido.
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