11/2/09

Comer y rascar ....


Había puesto ya la plataforma para la raqueta inferior y la estación y también había comenzado a tender las vías de la estación oculta, tanto para salvar la dificultad de hacerlo cuando ya hubiera otros niveles encima, como para adquirir práctica con la cinta adhesiva y el balasto.
Como dice el refrán: "comer y rascar: todo es empezar". Parece que le he cogido gusto a la cosa y no he parado hasta que se me ha acabado el espacio para seguir.
Este es el resultado que a mí por lo menos me parece que se puede presentar en público dignamente:



Ignacio ya habrá advertido que hay una mejora significativa en el flexo-lupa. Efectivamente esa peana de cinco patas, con ruedas y considerablemente más pesada le confiere ahora una estabilidad cien veces superior. Una vieja silla de oficina ha sido la donante del órgano ;-)


Quizá lo más complicado ha sido esta batería de desvíos en curva que combinan con tramos de dos radios distintos para conseguir un cambio izquierda-derecha-izquierda en un arco de 120º. Estuve horas pensando en qué orden hacerlo pero llegado el momento de la verdad la ejecución me llevó cosa de veinte minutos.

Estas son las baterías de acceso a la estación por la izquierda ....


.... y por la derecha.


En comparación con los desvíos enlazados en curva estos resultaron fáciles.


Y aquí se me terminó el espacio para seguir. Lo siguiente será el helicoide ovalado, si bien antes de ponerme con él quiero cablear lo ya hecho, aunque sea de forma provisional, para poder probar la circulación.

Ya había indicado la conveniencia, casi obligación, de proteger los mecanismos de vía durante las operaciones de balastado para que no se introduzcan cuerpos extraños en sus elementos móviles.

En esta foto puede verse como se protegen también por la parte inferior, ya que la cinta autoadhesiva podría posteriormente capturar partículas que pudieran caer. Es un simple trozo de papel de envolver (lo elegí solo por el color) pegado con adhesivo de barra a la cara inferior de las traviesas.


Otro detalle a tener en cuenta: los contrarraíles son un sitio muy propenso a recibir partículas de balasto. Como estoy utilizando corcho y éste tiene cierta elasticidad, algún fragmento puede quedar encajado de forma que la aspiradora no pueda absorberlo. Lo difícil no es quitarlo pues basta la punta de un alfiler para hacerlo salir, sino recordar que hay que inspeccionar detenidamente con la lupa todos estos escondrijos.


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1 comentario:

ifuval dijo...

Esas piedrecitas en los desvíos es lo que yo he tratado de evitar a toda costa. Ya sabes que con mi sistema, se pone antes el balasto que la vía, y he comprobado que al utilizar la mezcla de cola y pintura que uso para "recibir" la piedra, una vez que se seca, y has eliminado el sobrante, queda una especie de "hormigón" perfectamente trabado que no deja suelta ni una piedrecita.